La biodiversidad es el hilo invisible que une los ecosistemas y sostiene la producción agrícola y la seguridad alimentaria en el planeta. América Latina y el Caribe albergan cerca del 50 % de los bosques primarios del mundo, esenciales para la absorción de carbono. Sin embargo, la biodiversidad está en declive en todo el mundo debido a una actividad humana insostenible y al cambio climático. El sector agroalimentario depende de la biodiversidad y de los servicios que presta, como la salud del suelo, el control de plagas y enfermedades, la polinización, la regulación del agua dulce y los recursos genéticos. Tres proyectos de la FAO se dedican a conservar y restaurar ecosistemas en Brasil, Chile y Venezuela.